Sobre el "síndrome del Golfo Pérsico" |
Prácticamente
ha quedado confirmado la existencia del "síndrome del Golfo Pérsico"
entre los soldados estadounidenses que vieron acción en ese conflicto. La
Casa Blanca divulgó un
informe que detalla un estudio realizado por el gobierno sobre las
enfermedades sufridas por soldados estadounidenses que pueden tener su
origen en su participación en la Guerra del Golfo Pérsico de 1991. El
análisis, denominado "Consecuencias de salud de la Guerra del
Golfo: un análisis permanente", relata el resultado de siete años
de trabajo de la cartera de Defensa estadounidense y el Departamento de
Asuntos de Veteranos para determinar las causas y efectos del síndrome
de la Guerra del Golfo. LOS
SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD DEL GOLFO Otro
estudio demostró que los afectados tienen un 20 por ciento menos de
neuronas
Los efectos de la combinación
de píldoras antigas nervioso, repelentes de insectos y un insecticida
que pretendía proteger a las tropas de los efectos de posibles armas
biológicas, fue demostrado por científicos de la Universidad
norteamericana de Duke. Luego
de años de polémicas y reiteradas negativas por parte de las
autoridades de los gobiernos que participaron en la Operación Tormenta
del Desierto, un nuevo estudio parece haber confirmado definitivamente
que el mal de la Guerra del Golfo es un problema real, cuyos
responsables son las autoridades militares de los países aliados. Esto,
porque el origen de la enfermedad -que tiene como síntomas más comunes
la fatiga crónica, la infertilidad y los daños cerebrales- estaría en
un cóctel de sustancias químicas suministradas por órdenes superiores
a los soldados que participaron en el conflicto. Las
revelaciones fueron hechas por un grupo de científicos norteamericanos
de la prestigiosa Universidad de Duke, liderados por el profesor Abou-Donia.
Según el experto, el mal se desencadenó a causa de que los químicos
fueron suministrados en forma conjunta, ya que individualmente estos son
inofensivos. La
decisión de entregar este grupo de elementos químicos a los soldados
tuvo su origen en las principales autoridades militares de las fuerzas
aliadas. Estas pretendían así proteger a los soldados de las armas
biológicas que pudiera utilizar Saddam Hussein durante el conflicto.
Para ello, aplicaron inyecciones que incluían un cóctel con píldoras
antigas nervioso, repelentes de insectos y un insecticida conocido como
Pemethrin. Sin embargo, los resultados terminaron siendo
contraproducentes. Para
comprobar la veracidad de su hipótesis los expertos de la Universidad
de Duke hicieron las pruebas de laboratorio en ratas y pollos. Los
test permitieron observar que al suministrar los tres químicos
juntos, muchos animales sufrían daños neurológicos, parálisis e
incluso, en algunos casos, morían. Esto,
según el profesor Abou-Donia, demuestra que el Síndrome de la Guerra
del Golfo es un problema concreto desencadenado por el cóctel de
sustancias químicas. "No tengo dudas de que lo que enfrentan los
veteranos es real", aseguró el experto. "Ahora sólo debemos
desarrollar un test sanguíneo que pueda determinar si hay o no daño
cerebral en las víctimas". MENOS
NEURONAS
Las
revelaciones del equipo de la Universidad de Duke coincidieron con otra
investigación de la Universidad de Texas que se publicará próximamente
y que confirmó, a través de scanner cerebrales, que los veteranos de
la Guerra del Golfo presentan casos significativos de pérdida de
neuronas. Según el estudio, conducido por el doctor Robert Haley, los
veteranos del Golfo que se encuentran enfermos tienen un 20 por ciento
menos de células cerebrales que sus colegas sanos. Sin
embargo, hasta ahora las autoridades militares han enfrentado con
escepticismo la posible existencia del mal. Esta posición se mantuvo
incluso después de conocerse los resultados de las dos investigaciones.
Autoridades del departamento de Salud británico, por ejemplo, afirmaron
que efectivamente la mezcla de químicos podía tener una toxicidad
mucho mayor de la que se pensaba, pero que aún no había
"evidencias consistentes de que sus efectos fueran
relevantes". Para
el profesor Abou-Donia de la norteamericana Universidad de Duke, los
veteranos de la guerra del Golfo no serían los únicos que sufren las
consecuencias de un cóctel químico. Según él, diversas enfermedades,
como el asma y ciertos trastornos degenerativos, estarían estrechamente
vinculadas al elevado consumo de productos químicos existente en la
sociedad actual. "En Estados Unidos, por ejemplo, el 3 por ciento
de los niños sufre de asma", comenta el experto. "Un problema
que podría estar relacionado con la exposición a químicos u otros
factores biológicos". Lo mismo sucede con los casos de Alzheimer y
Parkinson, que han experimentado un importante aumento en los últimos años.
Para
el doctor Keith Eaton, otro experto consultado por la cadena británica
BBC, el problema de las sustancias químicas presentes en los alimentos
y en otros productos comerciales es sumamente serio. Según él,
virtualmente ningún aditivo alimenticio ha sido sometido a pruebas
sobre sus efectos, en caso de ser consumido en combinación con otro
producto químico. "Se trata de un verdadero experimento sin
control que se está llevando a cabo en la humanidad", asegura
Eaton
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