Sobre el "síndrome del Golfo Pérsico"

Prácticamente ha quedado confirmado la existencia del "síndrome del Golfo Pérsico" entre los soldados estadounidenses que vieron acción en ese conflicto.

 

La Casa Blanca divulgó  un informe que detalla un estudio realizado por el gobierno sobre las enfermedades sufridas por soldados estadounidenses que pueden tener su origen en su participación en la Guerra del Golfo Pérsico de 1991.

 

El análisis, denominado "Consecuencias de salud de la Guerra del Golfo: un análisis permanente", relata el resultado de siete años de trabajo de la cartera de Defensa estadounidense y el Departamento de Asuntos de Veteranos para determinar las causas y efectos del síndrome de la Guerra del Golfo.

"No hemos dejado piedra sin mover en nuestros esfuerzos para comprender la naturaleza de los problemas de salud que surgieron como resultado de la Guerra del Golfo", escribió el presidente Bill Clinton en el informe, que explica los 155 millones de dólares gastados en proyectos de investigación realizados por el gobierno federal desde que el síndrome de la Guerra del Golfo fue identificado.

 

LOS SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD DEL GOLFO

Los síntomas de la enfermedad, que incluyen náuseas, fatiga, jaquecas y sarpullidos, fueron experimentados por una cantidad de veteranos de la Guerra del Golfo, muchos de los cuales encontraron que no eran elegibles para recibir asistencia financiera para tratamiento médico bajo el existente sistema de compensación a los veteranos.

Desde 1994, unos 3 mil veteranos de la Guerra del Golfo fueron compensados por los síntomas relacionados con el síndrome -el que aún es difícil diagnosticar con claridad- y unos 80 mil de los 697 mil veteranos de esa guerra han sido informados de protocolos de compensación a través de programas especiales, indica el informe.

Otro estudio demostró que los afectados tienen un 20 por ciento menos de neuronas
Científicos afirman que cóctel químico causó Síndrome de Guerra del Golfo

Los efectos de la combinación de píldoras antigas nervioso, repelentes de insectos y un insecticida que pretendía proteger a las tropas de los efectos de posibles armas biológicas, fue demostrado por científicos de la Universidad norteamericana de Duke.

 

Luego de años de polémicas y reiteradas negativas por parte de las autoridades de los gobiernos que participaron en la Operación Tormenta del Desierto, un nuevo estudio parece haber confirmado definitivamente que el mal de la Guerra del Golfo es un problema real, cuyos responsables son las autoridades militares de los países aliados. Esto, porque el origen de la enfermedad -que tiene como síntomas más comunes la fatiga crónica, la infertilidad y los daños cerebrales- estaría en un cóctel de sustancias químicas suministradas por órdenes superiores a los soldados que participaron en el conflicto.

Las revelaciones fueron hechas por un grupo de científicos norteamericanos de la prestigiosa Universidad de Duke, liderados por el profesor Abou-Donia. Según el experto, el mal se desencadenó a causa de que los químicos fueron suministrados en forma conjunta, ya que individualmente estos son inofensivos.

La decisión de entregar este grupo de elementos químicos a los soldados tuvo su origen en las principales autoridades militares de las fuerzas aliadas. Estas pretendían así proteger a los soldados de las armas biológicas que pudiera utilizar Saddam Hussein durante el conflicto. Para ello, aplicaron inyecciones que incluían un cóctel con píldoras antigas nervioso, repelentes de insectos y un insecticida conocido como Pemethrin. Sin embargo, los resultados terminaron siendo contraproducentes.

Para comprobar la veracidad de su hipótesis los expertos de la Universidad de Duke hicieron las pruebas de laboratorio en ratas y pollos. Los  test permitieron observar que al suministrar los tres químicos juntos, muchos animales sufrían daños neurológicos, parálisis e incluso, en algunos casos, morían.

Esto, según el profesor Abou-Donia, demuestra que el Síndrome de la Guerra del Golfo es un problema concreto desencadenado por el cóctel de sustancias químicas. "No tengo dudas de que lo que enfrentan los veteranos es real", aseguró el experto. "Ahora sólo debemos desarrollar un test sanguíneo que pueda determinar si hay o no daño cerebral en las víctimas".

MENOS NEURONAS

Las revelaciones del equipo de la Universidad de Duke coincidieron con otra investigación de la Universidad de Texas que se publicará próximamente y que confirmó, a través de scanner cerebrales, que los veteranos de la Guerra del Golfo presentan casos significativos de pérdida de neuronas. Según el estudio, conducido por el doctor Robert Haley, los veteranos del Golfo que se encuentran enfermos tienen un 20 por ciento menos de células cerebrales que sus colegas sanos.

Sin embargo, hasta ahora las autoridades militares han enfrentado con escepticismo la posible existencia del mal. Esta posición se mantuvo incluso después de conocerse los resultados de las dos investigaciones. Autoridades del departamento de Salud británico, por ejemplo, afirmaron que efectivamente la mezcla de químicos podía tener una toxicidad mucho mayor de la que se pensaba, pero que aún no había "evidencias consistentes de que sus efectos fueran relevantes".

 

Para el profesor Abou-Donia de la norteamericana Universidad de Duke, los veteranos de la guerra del Golfo no serían los únicos que sufren las consecuencias de un cóctel químico. Según él, diversas enfermedades, como el asma y ciertos trastornos degenerativos, estarían estrechamente vinculadas al elevado consumo de productos químicos existente en la sociedad actual. "En Estados Unidos, por ejemplo, el 3 por ciento de los niños sufre de asma", comenta el experto. "Un problema que podría estar relacionado con la exposición a químicos u otros factores biológicos". Lo mismo sucede con los casos de Alzheimer y Parkinson, que han experimentado un importante aumento en los últimos años.

Para el doctor Keith Eaton, otro experto consultado por la cadena británica BBC, el problema de las sustancias químicas presentes en los alimentos y en otros productos comerciales es sumamente serio. Según él, virtualmente ningún aditivo alimenticio ha sido sometido a pruebas sobre sus efectos, en caso de ser consumido en combinación con otro producto químico. "Se trata de un verdadero experimento sin control que se está llevando a cabo en la humanidad", asegura Eaton


 "Al continuar investigando, Estados Unidos se compromete a asegurar que nuestros veteranos y sus familias tendrán los cuidados de salud que necesitan, y que los veteranos discapacitados recibirán las compensaciones que merecen", escribió Clinton.

Unos 100 mil veteranos estadounidenses se suman a una cantidad de británicos y franceses veteranos de la Guerra de Golfo que se han visto afectados por pérdida de la memoria, fatiga crónica, mareos, articulaciones hinchadas, depresión y falta de concentración, que asocian con el servicio que prestaron en el Golfo Pérsico entre agosto de 1990 y junio de 1991.