Cita
a ciegas
Había fantaseado tanto con aquel encuentro, pero nada fue como ella había imaginado,
nunca la vida estuvo a la altura de sus
sueños. No se paró ni a
pensar ni a lamentarlo -¿para qué?- abatida y
conformada, se levantó despacio, se
dirigió a la entrada, abrió la puerta y se marchó.
©Pilar Aguarón Ezpeleta
Perteneciente al libro LA NUNCA CONTADA
HISTORIA DE JUAN IRINEO y OTROS CUENTOS©2011
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