En 1994 Ruanda fue escenario de la matanza de cerca de 800.000 personas.

Limpieza étnica. En 100 días los hutus exterminaron al 20% de sus compatriotas: tutsis y hutus moderados

Secuelas imborrables. El exterminio marcó Ruanda con sus graves consecuencias económicas y psicológicas

   

El drama de los niños. El 70% de la población vive bajo el umbral de la pobreza. Un 43% es menor de 14 años

Los desamparados. La "Tierra de las mil colinas" se convirtió en un país con más de 200.000 huérfanos y viudas

Educación: el gran reto. Las lenguas oficiales de Ruanda son tres. Pero sólo un tercio de los ruandeses sabe leer y escribir.

  Solos ante la catástrofe. La comunidad internacional intervino sólo después de la consumación del genocidio

2.000.000 de refugiados. La agresión contra los civiles provocó un éxodo masivo. Muchos desplazados aún no han vuelto