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El felipismo

Tercera parte: El ocaso

Cuestionamiento interno y declive del PSOE

A la progresiva erosión electoral del PSOE (47% del voto y 184 escaños el 22 de junio de 1986, 39,6% y 176 el 29 de octubre de 1989), natural por el desgaste del ejercicio del poder, se añadió desde 1990 una sucesión de escándalos de corrupción protagonizados por conocidas figuras pertenecientes o vinculadas al PSOE. El clima político se enrareció extraordinariamente en el trienio 1993-1995.

En el campo social el país experimentó grandes progresos,  teniendo como referencia el modelo del Estado del bienestar. En el económico, como ya venían haciendo los socialistas franceses, González se decantó por el pragmatismo liberal y acometió una dolorosa reconversión industrial (desde 1983) y otras reformas estructurales, que consideraba ineludibles para la modernización del país. La reducción de la inflación, de dos dígitos en 1982, constituyó un objetivo declarado desde el primer momento.

Si bien la macroeconomía funcionaba, sobre todo durante el quinquenio 1985-1989 caracterizado por una fase de crecimiento expansivo y de entrada masiva de capitales extranjeros, atraídos por los altos tipos de interés, los sindicatos entendieron que aquello se hacía a costa del bolsillo del trabajador, además de poner en cuestión el carácter verdaderamente productivo de ese crecimiento. 

En esta situación de descontento laboral, el 14 de diciembre de 1988 González afrontó la primera huelga general desde su llegada al poder.

 

Los sindicatos contra González y su política económica

Felipe González en su último periodo de mandato, la crispación y el cansancio aparece reflejado en su rostro

Felipe en el Copacavana de la Habana, en una de sus visitas a Cuba

   

El "superministro" de Económia Carlos Solchaga

Conferencia de Paz, en Madrid, 1991

En el plano exterior, los gobiernos de González confirieron un nuevo impulso a la apertura iniciada por los primeros gobiernos democráticos, y a todas luces la completó. Su Gobierno adoptó una diplomacia buscando la normalidad y rechazó el unilateralismo. Se establecieron relaciones diplomáticas con Israel (17 de enero de 1986), con todo el simbolismo histórico que ello entrañaba, pero sin merma de la tradicional simpatía por la causa árabe. 

Esta singular dualidad fue reconocida con la celebración en Madrid, del 30 de octubre al 1 de noviembre de 1991, de la histórica Conferencia que puso en marcha el proceso de paz en Oriente Próximo.

Con el entoces lider de la Unión Soviética, M. Gorvachov

Los lideres Europeos en 1995

Relanzamiento internacional

También se fortalecieron los vínculos con Marruecos (Tratado de Amistad del 4 de julio de 1991) y con América Latina (puesta en marcha de las cumbres iberoamericanas anuales, cuya segunda edición se celebró en Madrid el 23 de julio de 1992), y se renegociaron los tratados militares con Estados Unidos, que disminuyó su presencia militar en España. Durante la crisis del Golfo (1990-1991) González se reveló como un aliado sólido de aquel país, si bien no dejó de objetar determinados episodios de la ofensiva aérea contra Irak.


Además, España participó por primera vez en operaciones militares en el exterior con carácter humanitario y pacificador (Angola, Centroamérica, Kurdistán, Bosnia-Herzegovina), con crecientes asunción de responsabilidades y de número de tropas implicadas. Además de con los países vecinos (Francia, Marruecos y Portugal), los gobiernos socialistas institucionalizaron en cumbres bilaterales las relaciones con Italia y Alemania, cuyo canciller, Helmut Kohl, agradeció el gesto de González de apostar por la unificación después del derrumbe del Muro de Berlín con un respaldo económico decisivo a la hora de negociar el reparto de ayudas y subvenciones de la CEE.

El gran hito en la política exterior de González fue el ingreso de España en las Comunidades Europeas (CEE) el 1 de enero de 1986. Desde la primera presidencia semestral española en 1989 hasta la segunda en 1995, el peso específico del país y la influencia de González en la Comunidad fueron parejos a su adscripción a las tesis más europeístas. A finales de 1995, en el último tramo de su mandato, brilló especialmente el protagonismo de González: Madrid fue escenario de la firma de la Nueva Agenda Transatlántica con Estados Unidos (3 de diciembre), del Consejo Europeo que aprobó el nombre de euro para la futura moneda única europea (15 y 16 de diciembre) y del Acuerdo Interregional con el MERCOSUR (15 de diciembre), mientras que Barcelona acogió la I Conferencia Euromediterránea (27 y 28 de noviembre).

El ocaso

Imagen de Felipe González durante una campaña electoral

Felipe González con rostro serio , en uno de los funerales de una víctima de ETA

Del triunfalismo al ocaso...

A los presuntos o probados delitos de financiación ilegal del Partido y otros de enriquecimiento personal, se sumaron diversas revelaciones que apuntaban a altos cargos públicos del PSOE como responsables de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Durante  los años 1983 y 1987 y coincidiendo con los más amargos y violentos años de la ofensiva criminal de ETA, aparecieron los GAL, "al parecer" estrechamente relacionados con las fuerzas de seguridad del Estado y emparentados con los sanguinarios "escuadrones de la muerte". El GAL o Los GAL, que hay división de opiniones, que dicen que hubo más de uno, cometió o cometieron varios atentados mortales contra sospechosos de pertenecer a la citada organización terrorista vasca. Y siguiendo con la  tradición española de la chapuza nacional fueron encomendadas estas "misiones" a un par de chulos de discoteca, que aprovechaban el "encargo" para dilapidar los dineros provenientes de los "fondos reservados" e ir de casino en casino haciendo exhibicionismo de su altanería barriobajera. Pero la democracia actuó y fueron a la cárcel, no por sus crímenes sino por dilapidar el dinero.

... a mí que me registren!

Felipe Gonzáles... yo me lavo las manos!

González, acosado desde múltiples frentes, rechazó todas las imputaciones y exigencias de dimisión y adoptó una postura de resistencia a ultranza, pero sobre su actuación en los citados escándalos continuaron gravitando serias sospechas. Por otro lado, en 1990 salieron a la luz sus diferencias con el número dos del Partido y vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra (*), también estrecho colaborador y amigo desde los años sesenta. Guerra que encubrió los abusos y las corruptelas de su hermano Juan y el escándalo creció tanto que dimitió de su cargo en enero de 1991.

(*)

Alfonso Guerra, es el  "culpable" de  haber  convertido  a Felipe González en socialista, de haberle fabricado la carroza y la estrategia para llevarle hasta el liderato del PSOE en Suresnes, con la ayuda imprescindible del luego maltratado Nicolás Redondo; de haber dirigido el partido con  disciplina y eficacia hasta llegar a construir una máquina  electoral perfecta...

Mucho se ha equivocado Guerra, pero siempre por fidelidad,  (a González a sus hermanos) y no se le puede achacar que no cumpla la palabra dada, aunque al hacerlo se perjudique a él mismo y a la larga a su partido.

Luis Roldán, ex- director general de la Guardia Civil, prófugo de la Justicia Alberto Flores, condenado por el caso FILESA José Mª Sala, condenado por el caso FILESA Aida Alvarez, condenada por el caso FILESA Carlos Navarro, condenado por el caso FILESA El general de la Guardia Civil, Enrique Rodriguez Galindo, implicado en los GAL Julen Elgorriaga, ex-gobernador civil de Guipuzcua, condenado por el Caso "Lasa y Zabala" El exministro Barrionuevo, y el ex-Secretario de Estado Vera, en el banquillo por el caso "Marey", fueron condenados a 10 años de prisión El banquero Mario Conde a su salida de la prisión, condenado por el caso "Argentia Trust".

A la crispación política se añadió la social, desde que en 1992 el país se sumergiera en una grave crisis económica por la fatal conjunción de una moneda débil, un crecimiento estancado o negativo (-1,0% en 1993) y el aumento desbocado del desempleo, si bien 1994 se cerró con una recuperación del PIB. 

Tras perder la mayoría absoluta en las elecciones del 6 de junio de 1993 (38,6% del voto y 159 escaños) y verse obligado a pactar con los partidos nacionalistas, el PSOE fue finalmente derrotado por el conservador Partido Popular en la edición del 3 de marzo de 1996, si bien sus resultados, el 37,4% y 141 escaños, en absoluto constituyeron el hundimiento que se había augurado, demostrando que, pese a los desastres vividos, González conservaba una parte apreciable de su carisma entre un sector del electorado socialista. El 5 de mayo tomó posesión como presidente del gobierno el dirigente popular José María Aznar. (ver)

Actualmente González ha perdido gran parte de  su aura y se ha convertido en lo más parecido a algún ex presidente centro o suramericano (los hubo y los hay egregios)  parlanchín, deslenguado e inoportuno. 

 

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