UN COLOR, UNA MIRADA
© Noemí Baneem

Un rostro anónimo, una vida oculta.
Una mirada que penetra,
que me mira y me pregunta.
Una voz que sin música me habla.
Una tez curtida por el paso del tiempo
mostrando la dureza de los días pasados
y la belleza de los presentes.
Sus ojos son los que me miran
sus ojos son los que me ven.
Color en tierras sin nombre
encontrando sentido y vida
a lo inhóspito , a lo perdido, a lo vivido.

La suavidad de su piel,
la finura de su tez,
la frescura de su cuerpo escondido detrás de esas pinceladas.
El susurro del viento
la calidez de su mirada.
El rostro que vislumbra recuerdos de ayer,
que narra sin palabras
lo que han visto y lo que ven.
Una mirada puesta en la pasión.
Un alma que busca, un alma que pregunta.
Una cara, un nombre.
La suavidad del páramo
dejan en libertad
la soledad, la vulnerabilidad,
la pasión, el espíritu, la búsqueda,
el encuentro con la pureza,
el color de la inocencia.

De nuevo el viento susurra en mis oídos, viento de poniente
contándome lo que el sol ve,
un color, un olor, un perfume, una flor.
Paisajes lejanos, rostros cercanos,
lejanos rostros en paisajes cercanos.
Amores profundos, amores vividos,
amores perdidos, amores sentidos.

Nacido de la nada, cada cuadro
oculta con mesura su alma de seda.
Un paisaje, una cara,
Un color, una mirada.

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