Un mundo sin arreglo

© Anabel Consejo Pano

El mundo rueda empujado
por dedos culpables, manos cándidas
y relatividades temporales;
cada hemisferio gira y regira
volteando así el globo entero
y cada particular universo.

A pesar del pasar insistente
de la tenaz arena del reloj,
a pesar del llavero y la biblioteca,
a pesar de los desamores
y las veraniegas Navidades,
la esfera azul sigue sin tener arreglo
ni remiendo que subsane
el costurón de Cachemira.

Pareciera que este viejo planeta
protestara mostrándonos sus entrañas
huecas y polvorientas
como aquellos globos terráqueos
de nuestra infancia ya casi ajena.

Bajo un techo empapelado de Rayuela,
pasan y repasan las manecillas
dentro de la eternidad contenida
en La casa de los arquillos,
mágica urna que cobija
innumerables historias y granos de arena.

Y cuentan las gentes del lugar
que se han visto adornados los arquillos
con antiguos relicarios y auroras boreales,
durante las noches de San Juan
o cuando los pajares están más concurridos.

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